15-07-2024
A finales de marzo, la Agencia Tributaria publicó información actualizada para 2023 sobre las bases, tipos medios y recaudación de las cuatro principales
figuras impositivas en España: IRPF, IS, IVA e Impuestos Especiales (IE). Estos impuestos, junto a las cotizaciones sociales, son la espina dorsal de los
recursos no financieros del Estado. En 2022, el peso de estas cuatro grandes figuras impositivas en los ingresos no financieros fue del 49%, y del 31% en
el caso de las cotizaciones sociales.
La serie histórica disponible desde 1995 permite extraer tres conclusiones relevantes sobre la evolución de la presión fiscal:
El crecimiento de la presión fiscal en estos cuatro impuestos (PF4) no es un fenómeno reciente. Contrariamente, es un proceso en curso que arrancó en 2010, tras el desplome en la recaudación debido al fin de la burbuja inmobiliaria. Este proceso se aceleró entre 2019 y 2022, alcanzando un 18,2%, superando el pico del 18% de 2007.
La tendencia creciente en PF4 se explica principalmente por la evolución del IRPF, debido a incrementos constantes tanto en la amplitud de la base gravada como en los tipos medios aplicados. Una parte significativa de este incremento en los años postpandemia se debe a la no corrección de la progresividad en frío. Este aumento en ingresos por IRPF puede favorecer una mejora en la redistribución de la renta, aunque también puede generar costes sobre el crecimiento económico que deben ser considerados en el debate técnico y político.
La presión fiscal del IS ha disminuido desde el pico del 4,2% en 2007 a niveles medios del 2% en la situación prepandemia. Sin embargo, en 2023,
la presión fiscal soportada por las sociedades aumentó hasta el 2,6% si se incluyen los 2.900 millones recaudados por los impuestos temporales a
los sectores de energía y banca. La transformación de estos impuestos temporales en definitivos incrementará la carga fiscal a largo plazo.
Por su parte, la presión fiscal del IVA aumentó 1,2 puntos entre 2010 y 2023, con un incremento de 0,4 puntos entre 2019 y 2022. La reducción en
la presión fiscal del IVA en 2023 es coyuntural, resultado de las rebajas fiscales aplicadas como parte del escudo social, y es previsible que repunte
una vez desaparezcan estas reducciones.
En cuanto a los impuestos especiales, muestran una trayectoria descendente debido a la falta de actualización de los tipos de gravamen a la inflación.
Por ejemplo, el impuesto especial sobre la cerveza no se ha actualizado desde 2005, y el de hidrocarburos aplicable a gasolina y gasóleo desde 2009.
Los cambios en la recaudación impositiva se explican por la evolución del tamaño de las bases y de los tipos medios. La amplitud de las bases puede variar por varios factores interrelacionados: ciclo económico, inflación, cambios normativos y elusión-evasión fiscal. Estructuras impositivas de base amplia y tipos reducidos están asociadas a impuestos menos distorsionantes, una apuesta ampliamente aceptada entre los economistas.
Las bases se situaron en promedio entre 2013 y 2019 alrededor del 8,6%, con un aumento de 3,9 puntos entre 2020 y 2023, alcanzando el 12,1% en 2023. El tipo medio se ha mantenido estable alrededor del 20,5% desde 2016.
Las bases de impuestos indirectos han crecido claramente desde 2021, especialmente en el caso del IVA, con un incremento de 4,8 puntos de PIB entre 2020 y 2023. Sin embargo, el tipo medio de IVA se ha mantenido estable en los últimos años.
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